Antes de nada queremos agradeceros la acogida que nos habéis dado, especialmente en Twitter. Gracias.
Como sabéis, en el primer episodio de nuestra andanza podcastera planteamos también nuestro primer reto escribiente, inspirado en las técnicas creativas que propone Gianni Rodari en su libro Gramática de la fantasía. Del binomio fantástico derivan binomios, trinomios, ¡multinomios! fantásticos con los que imaginamos, deconstruimos, reconstruimos y creamos sin más.
Gracias a todas las parcipantes por hacernos casito y jugar con nosotras.
-Abuela, ¿me cuentas la historia de cuando era niña y aparecieron los hombres lobo?-
— David Corelli (@DVCorelli) July 11, 2020
La anciana recargó la escopeta, atenta al bosque. 4 de ellos yacían con el cerebro decerrajado a sus pies. Sonrió y le acarició la mejilla.
-Cuando lleguemos al helicóptero y estemos a salvo. https://t.co/WjisSdFdCy
El lobo, confiado, se subió al cesto con aspas de la niña. El rostro apacible de la abuela dibujó una sonrisa perversa cuando el helicóptero se elevó: la arboleda ya no podía cuidar de él, le esperaba un bosque nuevo, uno de cemento y disparos. @lapalabraerrant #RetoErrante1
— Marta V. (@martatrvidal) July 13, 2020
El helicóptero sobrevolaba el bosque en vuelo rasante. El agente Lobo, furioso, pilotaba de forma temeraria, atento a cualquier señal de rojo entre el verdor. Aquella niña psicópata y la loca de su abuela no volverían a atracar un banco. El peso de la ley debía caer sobre ellas. https://t.co/qCtOQaLN0X
— Rebeca A. López (@Rebeca_A_Lopez) July 11, 2020
El helicóptero policial no podía aterrizar. Se mantenía encima de una pobre abuela que no entendía un mundo en el que todo tenía cabida. Su casa en el bosque la había protegido, pero su nieta, su «niña», había traído esos cambios al decir que amaba al lobo. Ya nada tenía sentido.
— Isabel Veiga López (@isabelveigalope) July 11, 2020
#RetoErrante1
— María Gallardo (Ankira) (@0083MG) July 11, 2020
El helicóptero encontró a una niña que, vengando a su abuela, había acabado con el terror del bosque; aquel lobo viejo y negro. El más grande, vivo, de los últimos tiempos.
Lo que no sabían es que su muerte condenaba a todos los habitantes del pueblo… https://t.co/hCP6CwgkC4
La niña sintió la vibración antes de que todas las decrépitas hojas del bosque empezaran a temblar por el viento que las aspas del helicóptero levantaba. Silbó y su lobo surgió de entre la maleza.
— Lady Winden Grimaud (@LauraGWMesser) July 14, 2020
—Vamos, Rojo, la abuela ya ha vuelto. Quizá sobrevivamos un mes más.#RetoErrante1 https://t.co/P9FT8z2dnp
#RetoErrante1
— Rebeca A. López (@Rebeca_A_Lopez) July 15, 2020
El lobo solitario observó la caída del helicóptero en el bosque más profundo. Curioso, se acercó a husmear. Arrugó el morro ante el olor a sangre y combustible. La niña y su abuela tenían los ojos abiertos. Gimió, incómodo. Estaba hambriento, pero no comería allí. https://t.co/qCtOQaLN0X
Como cada día, los helicópteros fumigaban el bosque. "Medidas contra los lobos" decían, pero todo ser vivo debía encontrarse a cubierto si no querían aspirar el gas tóxico que soltaban.
— 🐒Nat(illas)🐒 (@neonatasaurus) July 11, 2020
—Aquí estamos a salvo, ¿no?
La niña gritó al ver a su abuela relamerse.
—Yo sí. Pero tú…
#RetoErrante1
— R.J. Random (@RJRandom_) July 11, 2020
Desde el helicóptero, el bosque parecía un cepo lleno de dientes. Aquel lobo humano ya no causaría problemas.
El piloto de la maderera miró a abuela y niña, abrazadas. Apretó el micro y dijo.
—Nunca te eches la culpa. Tu camino no importaba. Acabar con el suyo, sí. https://t.co/5IoA8De9JT
#RetoErrante1
— Montse Saffi (@MontseSaffi) July 18, 2020
Desconfianza
El leñador, con el hacha en ristre, se cruzó con la niña y la abuela. "¡Menos lobos, caperucito!" le soltó la matriarca antes de desaparecer junto a su nieta, dentro del helicóptero que ondulaba, con el aire de sus hélices, los árboles del bosque https://t.co/iM1IdaFyip
#RetoErrante1
— Aritz Perez Berra (@apberra) July 21, 2020
El helicóptero sobrevolaba el bosque arrasando con todo. Cometió un error al no cerrar la puerta mientras vestida con su caperuza empapada de sangre desmembraba a su abuela. Tenía que acabar con el dichoso lobo. Debía callar esa bocaza para siempre.
No pudo detener a su abuela. Ésta, adoptando su forma cánida, se abalanzó sobre el leñador.
— Taty (@tatianaherrero_) July 23, 2020
—Es nuestra labor proteger el bosque de invasores, mi niña.
Caperucita señaló el cielo que, de pronto, se vio plagado de helicópteros que venían a darle caza al lobo. #RetoErrante1 pic.twitter.com/zBNX62m3Gp